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PROCESIÓN DEL CRISTO NEGRO

La muy Solemne, Venerable y Pontificia Cofradía Hermandad Penitencial del Santo Crucifijo de Santa María de Jesús (Cristo Negro) es una cofradía fundada en 1490 y refundada en 1986 cuya sede está en la Concatedral de Santa María en Cáceres. Esta cofradía saca en procesión, durante la noche del Miércoles al Jueves Santo, al Santo Crucifijo de Santa María, conocido popularmente como Cristo Negro; de autor anónimo, mediados del siglo XIV . Se inicia a medianoche y es una de las procesiones más concurridas de la ciudad.

Sus estatutos establecen que el paso nunca puede salir de los límites de la muralla histórica, por lo que la cruz de guía es el elemento representativo de la Cofradía cuando se efectúa la procesión Magna. En esta procesión existe un obligado voto de silencio y la cofradía posee un límite de hermanos de entre 50 y 59 cofrades, que procesionan con una túnica negra de monjes benedictinos y con la cara tapada.
A las 12 de la noche y por la puerta lateral de la Iglesia, aparece el Muñidor con dos hermanos alumbrando el camino con hachones y, detrás, el Alcalde Mayordomo. Los cuatro se dirigen a la puerta por donde sale el Cortejo Fúnebre, llegados a la cual, el Mayordomo se adelanta y dando tres golpes en la puerta realiza la siguiente llamada: «QUE SALGA LA HERMANDAD DEL CRISTO NEGRO, DIOS LO QUIERE ASÍ«. A partir de ese momento y ante la Sagrada Imagen, el cantaor Juan López Corrales, conocido por «Borrasca», comienza su saeta en un inmenso silencio que acompañará al desfile en sus 1.200 metros de recorrido por el interior de la Ciudad Medieval.
Después de ello el desfile encara la salida hasta el Arco de la Estrella, para posteriormente subir los Adarves, llegando a la Puerta de Mérida, calle Ancha, Plaza de San Mateo, Cuesta de la Compañía, Plaza de San Jorge y descender hacia la zona baja de la ciudad, pasando por el Arco del Cristo, uno de los pocos restos romanos que quedan. La curva del Adarve de Cristo, conectado con Obras Pías de Roco es una de las curvas más estrechas existentes en tramos procesionales. Al llegar al Arco del Socorro, encara la calle Tiendas para su recogida en la Concatedral. Con el solo acompañamiento de un Muñidor que lleva una esquila de 2’5 kg. de bronce al comienzo del desfile y un tambor destemplado al final, el espectador es trasladado a una época pasada, en la que las Cofradías o Hermandades se dedicaban al enterramiento de los muertos y a ofrecer misas por ellos.
 
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